En mi entrega anterior hice mención de algunos eventos de la época en la que los COMETS hicieron su aparición: La Guerra Fría, la lucha anticomunista y la Guerra de Corea. Ciertamente, muchos de estos acontecimientos inquietaban a la sociedad guatemalteca, pero no impidieron que estos primeros años de la década de los 50s tuvieran hechos positivos para los nacionales.
Empecemos por recordar que en ese entonces Guatemala contaba con poco más de 3 millones y medio de habitantes, con cerca de 300,000 concentrados en la ciudad capital y ocupando las primeras 15 zonas del trazo urbano. Los números telefónicos eran de cuatro digitos y los hoteles capitalinos no pasaban de la decena.
En lo político, esos años permitieron ver algunos últimos logros de la Reforma Agraria, mientras se manifestaba, al igual que en los países del norte, una intensa lucha contra el comunismo.
El boleto aéreo ida y vuelta a San Salvador, Tegucigalpa, Managua y San José costaba, respectivamente, Q19.80, Q39.60, Q61.20 y Q95.40, mientras que para viajar a México debía invertirse Q221.61. No se hablaba de fotocopiadoras, sino de "aparatos reproductores de escritos", los cuales comercializaba una firma cuyo local se ubicaba en la 10a calle oriente de la zona 1. "La Gran Flota Blanca" de la United Fruit Company ofrecía viajes a Nueva York y Nueva Orleans en barcos de vapor que salían de puertos ubicados en Costa Rica y otros puntos.
Entre otros, los restaurentes El Patio, El Portal, Bacara y Viancini, así como los cines Norte, Capitol, Roxi, Lux y Fox, eran algunos de los lugares de moda en la ciudad capital.
LUZ EN LAS TINIEBLAS (Bright Victory, 1951), SAN FRANCISCO LA CIUDAD PECADORA (1936), EL LADRÓN FANTASMA (1950) y REPORTAJE HERÓICO (1951) eran algunas de las cintas que aparecían en las carteleras, estelarizadas en su orden por Arthur Kennedy, Clark Gable, David Brian y Sally Forrest. Eran tiempos en los que los cines estaban divididos en Luneta, Balcón y Galería, siendo esta última la localidad de precio más cómodo (Q0.10 en las salas más económicas).
Pues, he aquí una pequeña descripción de aquellos días... Claro que hay muchísimo más que contar, pero será cuando nuevamente nos traslademos en el tiempo hacia esos dorados años.
Hasta pronto.
Empecemos por recordar que en ese entonces Guatemala contaba con poco más de 3 millones y medio de habitantes, con cerca de 300,000 concentrados en la ciudad capital y ocupando las primeras 15 zonas del trazo urbano. Los números telefónicos eran de cuatro digitos y los hoteles capitalinos no pasaban de la decena.
En lo político, esos años permitieron ver algunos últimos logros de la Reforma Agraria, mientras se manifestaba, al igual que en los países del norte, una intensa lucha contra el comunismo.
El boleto aéreo ida y vuelta a San Salvador, Tegucigalpa, Managua y San José costaba, respectivamente, Q19.80, Q39.60, Q61.20 y Q95.40, mientras que para viajar a México debía invertirse Q221.61. No se hablaba de fotocopiadoras, sino de "aparatos reproductores de escritos", los cuales comercializaba una firma cuyo local se ubicaba en la 10a calle oriente de la zona 1. "La Gran Flota Blanca" de la United Fruit Company ofrecía viajes a Nueva York y Nueva Orleans en barcos de vapor que salían de puertos ubicados en Costa Rica y otros puntos.
Entre otros, los restaurentes El Patio, El Portal, Bacara y Viancini, así como los cines Norte, Capitol, Roxi, Lux y Fox, eran algunos de los lugares de moda en la ciudad capital.
LUZ EN LAS TINIEBLAS (Bright Victory, 1951), SAN FRANCISCO LA CIUDAD PECADORA (1936), EL LADRÓN FANTASMA (1950) y REPORTAJE HERÓICO (1951) eran algunas de las cintas que aparecían en las carteleras, estelarizadas en su orden por Arthur Kennedy, Clark Gable, David Brian y Sally Forrest. Eran tiempos en los que los cines estaban divididos en Luneta, Balcón y Galería, siendo esta última la localidad de precio más cómodo (Q0.10 en las salas más económicas).
Pues, he aquí una pequeña descripción de aquellos días... Claro que hay muchísimo más que contar, pero será cuando nuevamente nos traslademos en el tiempo hacia esos dorados años.
Hasta pronto.
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